lunes, 1 de junio de 2020

Las Psicosis


Las Psicosis[1]


“Dentro del grupo de las psicosis, el psicoanálisis ha intentado definir diversas estructuras: paranoia (en donde incluye de modo general a las enfermedades delirantes) y esquizofrenia, por una parte; por otra, melancolía y manía. Fundamentalmente, es una perturbación primaria de la relación libidinal con la realidad lo que, según la teoría psicoanalítica, constituye el denominador común de las psicosis, siendo la mayoría de los síntomas la manifestación (especialmente la construcción delirante) tentativas secundarias de restauración del lazo objetal” (Laplanche & Pontalis, p. 321)

Ahora bien, “Sólo a finales del siglo XIX se establece el par de términos opuestos neurosis – psicosis, que se excluyen entre sí, por lo menos desde el punto de vista conceptual. En efecto, la evolución de estos dos términos se realiza en planos diferentes: el grupo de las neurosis se fue limitando poco a poco de cierto número de afecciones consideradas enfermedades de los nervios, (…) Esquemáticamente puede decirse que este grupo de enfermos consultaba al medico y no era enviado el asilo y, por otra parte, el termino “neurosis” implicaba una clasificación de tipo etiológico: enfermedades funcionales de los nervios. A la inversa, la noción de psicosis designa entonces las afecciones que pertenecen al alienista y se traducen por una sintomatología esencialmente psíquica, lo que en modo alguno implica que, las psicosis no tengan su causa en el sistema nervioso” (p. 321-322)

Así, en el manuscrito H de 1894, en el que propone una clasificación de conjunto de las defensas patológicas, Freud designa como las psicosis: la confusión alucinatoria, la paranoia y la psicosis histérica, que difiere de la neurosis histérica, e incluye una psicosis de defensa; la principal preocupación de Freud consiste en hacer resaltar el concepto de defensa que interviene en las distintas afecciones.

Freud y las psicosis:

-          En los primeros trabajos intenta poner de manifiesto, en el ejemplo de ciertas psicosis, el conflicto defensivo contra la sexualidad, cuya función descubrió en el síntoma neurótico, pero simultáneamente intenta especificar los mecanismos originales que operan desde un principio en la relación del sujeto con el exterior: “rechazo” (verwerfen) radical fuera de la consciencia en el caso de la confusión alucinatoria (Repudio: verwerfung: forclusión), o incluso una proyección original del “reproche” al exterior (proyección). (p. 323)

-          Dentro de su primera teoría del aparato psíquico y de las pulsiones entre los años de 1911 a 1914 donde se encuentran textos como el caso Schreber e introducción al narcisismo examina, Freud examina el problema desde el punto de vista de la relación de las catexias libidinales y las catexias de la pulsión del yo (“interés”) sobre el objeto. Este enfoque explicaría porque en las psicosis no debe recurrirse a la idea de la “pérdida de la realidad” de un modo total y sin discriminación. (p. 323) “El fondo mismo del fantasma de deseo se convierte en el contenido de la persecución” (Freud, citado por Chemama, p. 352)

-          En la segunda teoría del aparato psíquico, la oposición neurosis – psicosis tiene en cuenta la posición intermedia del yo entre el ello y la realidad. Así como en las neurosis el yo obedeciendo las exigencias de la realidad y del superyó reprime las reivindicaciones pulsionales, en las psicosis se produce al principio una ruptura entre el yo y la realidad, que deja al yo bajo el dominio del ello; en un segundo tiempo, el del delirio, el yo reconstruirá una nueva realidad, conforme a los deseos del ello. Se pierde de vista la distinción entre catexias libidinal e interés, siendo este último, el encargado de mediatizar, dentro del aparato psíquico, una relación adaptativa a la realidad. (p. 323)

Según como lo muestra Chemama las psicosis serian organizaciones de la subjetividad en las que Freud ve una forma especifica de pérdida de la realidad con regresión de la libido sobre el yo y con eventualmente la constitución de un delirio como tentativa de curación; para Lacan el mecanismo constitutivo es la forclusión del Nombre-del-Padre. (p. 351)

El problema teórico de Freud es el de aclarar los nexos entre la proyección y la represión, ya que en la economía libidinal del psicótico, una percepción interna es sofocada, pero en su lugar, aparece una percepción venida del exterior, la construcción de holofrases, la hipocondría, etc. Se tiene que plantea así un mecanismo propio de las psicosis, Freud estima que la represión, en el caso de las psicosis, consistiría en un retiro de los investimentos libidinales colocados en las personas u objetos antes amados, y por consiguiente que la producción mórbida delirante se convertiría en una tentativa de reconstrucción de los mismos investimentos, “una especie de tentativa de curación, lo abolido de lo adentro (verwerfung) vuelve del afuera”. (Chemama, p. 353)

Por último, “Después de haber elaborado su segunda tópica, Freud centrara el campo de las psicosis en un conflicto entre el yo y el mundo exterior, y el campo de las neurosis, en un conflicto entre el yo y el ello” (Chemama, p. 353; citando Freud: Neurosis y psicosis, 1924) Así, un sustituto de la realidad a devenido en el delirio en lugar de lo forcluido, mientras que en la neurosis la realidad es reacomodada al interior de un registro simbólico. (Chemama)


Bibliografía:
-          Laplanche & Pontalis. Diccionario de psicoanálisis.
-          Chemama, Ronald. Diccionario de psicoanálisis.



[1] Recopilado por: Andrés Felipe Palacio Pérez. Notas de clase. 2020

Las Neurosis


Las Neurosis[1]


“Afección psicógena cuyos síntomas son la expresión simbólica de un conflicto psíquico que tiene sus raíces en la historia infantil del sujeto y constituye un compromiso entre el deseo y la defensa” (p. 236). (Lapanche y Pontalis)

La neurosis específica depende del conflicto neurótico y sus modalidades:
-          Neurosis de transferencia: Histeria, Obsesión y Fobia
-          Neurosis traumáticas
-          Neurosis de destino
-          Neurosis actuales

Ahora bien, podríamos considerar que las neurosis son modos de defensa contra la castración por fijación a un escenario edípico. (p. 279, Chemama). Es decir, que la castración se da en un escenario de interrelaciones: “La emergencia de las pulsiones, efectivamente constituye un trauma en sí mismo y la represión consiguiente es el origen de la neurosis infantil. (…) La neurosis del adulto o del adolescente es, por lo tanto, una revivencia de la neurosis infantil” (p. 280, Chemama). La neurosis infantil se establece por las relaciones entre: las exigencias pulsionales, el sujeto, y las formas de crianza y prohibiciones parentales.  

La fijación a los traumas o a las primeras satisfacciones pulsionales, aparecen así, como un factor importante en las neurosis, lo decisivo en ello es el conflicto psíquico implicado: un conflicto entre el yo y las pulsiones. Conflicto inevitable, puesto que las pulsiones son refractarias a toda educación y sólo buscan el placer, mientras que el yo, dominado por la preocupación de la seguridad, las exigencias de la cultura y del superyó, está sometido a las necesidades del mundo real, así como a la presión de las exigencias de la civilización, los que le imponen un ideal de funcionamiento e identidad.

Freud situó al Complejo de Edipo en el núcleo de las neurosis de transferencia, ya que la represión recae sobre la angustia de castración y lo que marca la relación del sujeto con los objetos: perdida de las satisfacciones pulsionales, perdida del pene / goce y deseo = prohibición (Freud, Lacan). Para Lacan, la angustia de castración viene a señalar que la operación normativa que es la simbolización de la castración no ha sido totalmente realizada. La castración, es decir, la perdida del objeto perfectamente satisfactorio y adaptado, está determinada simplemente por el lenguaje y las prohibiciones de la cultura (incesto y parricidio).

Ahora, ¿qué hace al Edipo traumatizante?, para responder esta pregunta no se puede dejar de evocar la influencia de los padres reales, así, Lacan afirma que lo patógeno es la discordancia entre lo que el sujeto percibe del padre real y la función paterna simbólica (El mito individual del neurótico, 1953). El problema es que tal discordancia es inevitable, y por lo tanto, es peligroso atribuir la neurosis a lo que los padres le hicieron o no le hicieron sufrir al niño. Se vuelve a plantear el problema que encontró Freud: trauma sexual, seducción temprana, fantasía de seducción, y a propósito de lo cual concluyo que, en las neurosis, lo que importa es la “realidad psíquica”. (p. 282, Chemama)

Retomando la idea del mito individual se insiste en la importancia de la historización en la construcción de las neurosis (Ch. Melman). Se resalta que en las neurosis hay un rechazo de la situación común: rechazo de la aceptación de la pérdida del objeto, insuficiencia del amor materno, impotencia del padre real, trauma sexual, nacimiento de un hermano(a), etc. Así, el mito individual hace perenne un daño, el infligido inevitablemente por la prohibición, la castración y la represión; y si bien hay allí una fijación al padre, es por el reclamo que se le dirige para reparar ese daño. (p. 282, Chemama). Esta situación original está estructurada como un libreto (J- S Miller dirá que estamos relativamente programados), y este libreto va a repetirse a lo largo de toda la vida, imponiendo sus estereotipias y su fracaso en las diversas circunstancias en que se presentan en las relaciones del sujeto consigo mismo y con el mundo (Ch. Melman).

Esta captura en un libreto es propia de las neurosis, en las psicosis por el contrario no hay drama edípico que se pueda representar (forcluido). Lacan lo dirá: “lo real establecido en la infancia va a servir de modelo para todas las situaciones por venir, la vida se presenta como un sueño sometido a la ley del corazón (Hegel) y al desprecio de una realidad forzosamente distinta, y el conflicto sigue siendo el de antaño” (Lacan). El punto fundamental, debido a sus consecuencias clínicas, es que el libreto desemboca en el fracaso: “la manera en que el neurótico aborda lo real muestra que reproduce, incambiada la situación de fracaso original” (Lacan), ¿por qué lo repite? ¿se trata de conseguir al fin, una captación perfecta del objeto o, por el contrario, lograr que su perdida sea definitiva? Se vera que la posición del neurótico oscila entre estas dos metas opuestas. (p. 283, Chemama).

La unión absoluta con el objeto, o, la separación definitiva del objeto, son los conflictos de las neurosis, de allí que se juegue entre los tres grandes sucesos que afectan a cualquiera de las estructuras clínicas:

1) El encuentro con la pulsión y su satisfacción,

2) La relación con un objeto que satisface y del que habrá que separarse tarde o temprano, y

3) La renuncia a la satisfacción plena y total de la pulsión.
De estas conflictivas es que se desarrolla su mecanismo: la represión, ya que la represión esta dirigida esencialmente a tratar de olvidar, a separar contenidos para restarle presión al conflicto, tratando de separar afecto y representación, pero debiendo reconducir parte del recuerdo y las representaciones a lo inconsciente, el afecto queda así suelto, muchas de las veces convirtiéndose en angustia, en síntomas o en inhibiciones (Freud). Pero el caso es que el yo neurótico es “débil” y no puede dar cumplimiento a todas estas exigencias, la represión no logra al fin su cometido, olvidar y borrar, lo reprimido por lo tanto, reaparece en los síntomas (Freud).


Bibliografía:
-          Laplanche & Pontalis. Diccionario de psicoanálisis.
-          Chemama, Ronald. Diccionario de psicoanálisis.




[1] Recopilado por: Andrés Felipe Palacio Pérez. Notas de clase. 2020

miércoles, 15 de enero de 2020

TOPOLOGÍA LACANIANA

BANDA DE MOEBIUS






BOTELLA DE KLEIN 






NUDO BORROMEO EN TRES DIMENSIONES