martes, 7 de octubre de 2014

LA SIMBOLIZACIÓN HISTÉRICA

LA SIMBOLIZACIÓN HISTÉRICA


En el texto Proyecto de psicología para neurólogos segunda parte, Freud planteará las consecuencias que tiene la psicopatología de la histeria en la concepción de las formaciones psíquicas. Es este primer esbozo de la teoría de la histeria lo que quisiera exponer a continuación.


1. La compulsión histérica

Hay algo propio de la histeria: la compulsión que ejerce una representación llamada hiperintensa, la que tiene una característica particular y paradójica, su emergencia enigmática y absurda; representación que a su vez significa para el sujeto el desprendimiento de un monto de afecto displacentero que no tiene aparentemente ninguna razón ni relación alguna con la representación misma. Es esto lo que Freud tratara de aclarar en el trascurso de su explicación, es decir, determinar el proceso que hace posible este fenómeno tan singular propio de la histeria.

¿Qué es pues lo que encierra esa representación que no tiene porque generar el efecto penoso que genera? Esta representación muestra tres características: 1) es incomprensible, 2) es imposible de ser dialectizada, y 3) es incompatible con el resto del pensar.

Freud entra aquí a comparar esta representación compulsiva con lo que él nombra como neurosis simple, fruto ella de un hecho objetivable real y eficiente lógicamente. En la neurosis simple la compulsión estaría completamente justificada por un hecho real, cosa que no se hace evidente en el caso de la histeria; sin embargo, tienen algo en común, la imposibilidad de dialectizar el pensamiento que aparece en la conciencia y que anima a la compulsión.

Lo que el análisis de esto arroja es lo siguiente: una representación A, que toma al sujeto y que genera un afecto penoso sin sentido (llanto) es a su vez incomprensible para el sujeto; una segunda representación B, que tiene todo el derecho de animar el efecto penoso. Estas dos representaciones tienen una determinada relación: la primera representación A, era una circunstancia colateral y accesoria por tanto, mientras B es la representación que justificaría el efecto penoso que queremos entender; lo que pasa pues es esto: A, la representación sin sentido, remplaza a B en el pensamiento consciente, A es entonces el sustituto, el símbolo de B, dice Freud. He ahí la paradoja, la representación que es realmente inocua es la que acompaña y genera aparentemente el efecto penoso que correspondería lógicamente a la otra representación. Es lo que Freud llamara formaciones de símbolo.

En esta lógica, el símbolo histérico, es decir, la sustitución representacional se nos presenta de manera muy particular, el sujeto no logra articular la relación existente entre dichas representaciones, y la imposibilidad de traer al recuerdo la representación B, aquella que anima verdaderamente el afecto penoso. Lo que puede entreverse es que el símbolo, el sustituto que es A, a devenido en el lugar de la Cosa del mundo, dice Freud, a devenido en lugar de la representación que todo lo anima en este caso. Así las cosas, debe considerarse a la representación B como reprimida, mientras que la A como la compulsión.


2. La génesis de la compulsión

Aquí surge la pregunta por: ¿Cuál es la lógica que rige esta formación patológica del símbolo? Tenemos que conminar el elemento cuantitativo para explicar todo esto.

La representación hiperintensa que despierta el afecto displacentero tiene como característica idiosincrática su naturaleza sexual, cosa que le impone la condición de la represión por encima de cual quiera otra forma del afecto que no sea de origen sexual. ¿Cuál es pues el papel del afecto defensivo?, 1) la compulsión es una segunda vuelta de la represión antes ejercida, y 2) la represión como tal quiere influir sobre la representación B, aquella primera y original, y no sobre su sustituto A como podría pensarse.

Sin embargo, la imposición del pensamiento que se muestra en la compulsión refleja la imposibilidad de una represión total y acabada, en ella, a pesar de todo, algo se hace consciente allende de su objetivo que es el olvido; las cosas así, muestran además un tercer elemento implicado, 3) la exclusión de B de la conciencia no implica su exclusión acabada, sino más bien, la imposibilidad del pensamiento dialéctico racional sobre ella, es decir, la exclusión del proceso del pensar consciente.


3. La falla de la defensa

Todo lo anterior demuestra que el olvido es imposible, pero añade algo, el efecto penoso imprime en la representación la característica de su indestructibilidad y la imposibilidad de que algo en ello no puede ser simbolizado, por tanto, simbolización y olvido en este contexto configuran la acción ideal del olvido cumplido.

Lo que no encaja en esta lógica, y Freud lo plantea, es la característica y relevancia primordial del afecto penoso en tanto su carácter sexual, por sobre otras formas del afecto. Añadamos algo de paso, la represión histérica tiene una particularidad, el desplazamiento simbólico, es decir, la formación del símbolo acontece en tanto es auxiliada por el desplazamiento sustitutivo como tal. La pregunta aquí toma entonces un matiz necesario, lo que debe ser aclarado es el sentido de la represión y su relación con la sexualidad en cuanto impone este trabajo de pensamiento al aparato psíquico.


4. La falsa idea

Viene aquí en ayuda de Freud el caso de Emma. La conclusión que él abre es la siguiente: el símbolo, es decir, el desplazamiento sustitutivo que la represión ejerce genera la falsa idea, adviniendo como símbolo de lo olvidado de manera completamente desfigurada, sin lazo lógico como tal con el acontecimiento real efectivo, proceso este que se nos presenta de manera enteramente enigmática, por lo que el proceso del pensamiento asociativo en este caso se nos muestra enteramente inconsciente.

El caso Emma muestra algo más, en el primer momento, en el momento mismo de la emergencia de la sexualidad las cosas no son displacenteras, condición necesaria para la represión, el displacer es entonces posterior como despertar de lo olvidado. Es la conclusión a la que llega Freud: “Dondequiera se descubre que es reprimido un recuerdo es solo por un efecto retardado que ha devenido trauma”[1]



5. Las condiciones de la formación patológica. La perturbación del pensar por el afecto.

Nos prestamos entonces a aclarar el sentido sexual de todo esto, la cuestión que Freud nos plantea es la prematuración a contra tiempo de la sexualidad en la histeria, su condición entonces necesaria. Es importante algo aquí, el desprendimiento sexual tiene una condición, su anudamiento no se hace a un hecho real vivenciado, sino a su condición de recuerdo, es pues su recuerdo y no su efectividad fáctica lo que nos importa.

Las consecuencias de esto son entonces: la perturbación del decurso normal del pensamiento, ¿por que?, por la intensidad de desprendimiento afectivo o cuantitativo que todo este proceso demuestra, lo que implica el decurso del proceso primitivo de pensamiento que se impone a un proceso de pensar racional consciente. Es la primacía que Freud nos demuestra de la forma del pensamiento primario sobre el pensamiento secundario; el afecto aquí es más intenso, inhibiendo con ello el trabajo de pensamiento que es propio del yo imponiendo con ello la forma de trabajo del pensamiento primario, aquel que se encarga en un primer momento de la tramitación del afecto desprendido de la experiencia vivida, condición a su vez de su acuñación como recuerdo y como huella mnemica.

¿Qué es lo que de todo ello puede concluirse, del carácter patológico de la histeria? La inmadurez del yo impide la simbolización del evento real, lo que tiene consecuencias una vez este, el yo, debe vérselas con nuevos desprendimientos de afecto. Así el yo, por su carácter tardío demuestra su ineptitud para simbolizar aquello que debe ser simbolizado. La conclusión puede ser provisionalmente, que el efecto retroactivo del trauma se deba a la tardanza en el desarrollo de el yo.





[1] FREUD, Sigmund, Proyecto de Psicología para Neurólogos. Obras completas, Vol. 1. Ed. Amorrortu, Argentina, 1976, Pág. 403.


Andrés Felipe Palacio Pérez 
(2007) 

sábado, 28 de junio de 2014

NUDOS BORROMEOS


NUDOS BORROMEOS

Las gráficas de los Nudos Borromeos fueron hechas (Corel Draw) por el autor de este blog para la tesis de Maestría en Investigación Psicoanalítica: "La construcción y la función del Sinthome en la estabilización de Ludwig Wittgenstein" (2009).


Nudo Borromeo Simplificado







Nudo Borromeo Completo







Nudo Borromeo del Sinthome para las psicosis







Nudo Borromeo del Superyó

ESQUEMAS SOBRE LA TEORÍA FREUDIANA


ESQUEMAS SOBRE LA TEORÍA FREUDIANA